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¿Cuál es el recuerdo más memorable de su vida?




Independientemente de cuál sea este recuerdo, una cosa es cierta: recuerdas este momento porque la experiencia estuvo cargada de emociones.

Pero, ¿por qué son tan notables las experiencias?

La respuesta está en la forma en que nuestro cerebro almacena esta información. Utilizamos múltiples sistemas cerebrales para almacenar información, que se desarrolla a través de complejos procesos de conexión. Para que se haga una idea, una sola neurona puede tener más de 50.000 conexiones, según un estudio del Dr. Paul Eslinger, especialista en desarrollo y aprendizaje del Penn State College of Medicine de Estados Unidos, y de hecho la red es realmente grande, ya que tenemos miles de millones de neuronas.

Las técnicas que utilizan los profesores de los cursos preuniversitarios, por ejemplo, explotan estas conexiones cerebrales porque se basan en la experiencia. Basta con recordar el dinamismo de las clases y, sobre todo, los disparadores mentales que utilizan para que memorizar fórmulas y hechos sea mucho más fácil.

En el proceso de desarrollo de personas y equipos, el concepto es el mismo. Cuanto más memorable sea el momento de aprendizaje, más probabilidades tendremos de conservarlo.

En sus actividades de Formación y Desarrollo, RRHH está incorporando herramientas experienciales como forma de aumentar sus resultados en el proceso de desarrollo de equipos y también como factor de influencia en la estrategia empresarial.

Es bien sabido que cuando las personas realizan actividades en las que se utilizan habilidades y competencias útiles en el día a día, la retención del aprendizaje es de aproximadamente el 80% del contenido. Esta cifra es bastante significativa en comparación con la mera retención del 10% con la lectura, o el 50% cuando se compara con una conferencia. No es que se trate de modelos de aprendizaje obsoletos, pero cuando complementan procesos más complejos hacen que el retorno de la inversión sea mucho más atractivo.

La cuestión es cómo utilizar los juegos de empresa de forma más eficaz sin que la experiencia resulte rancia.

Para eso, hay que saber muy bien qué contenidos son los más significativos para el público al que se forma.

Los juegos que hablan de estrategia deben ayudar a los equipos a reconocer la importancia de la ejecución basada en un plan previo.

Algunos juegos desarrollan habilidades relacionadas con el trabajo en equipo y el mejor uso del equipo para maximizar los resultados. Para ello, es necesario que las personas confíen unas en otras, reconozcan a los líderes existentes, ejerciten sus habilidades de comunicación y, sobre todo, se mantengan centradas en el objetivo común del equipo.

Independientemente del tipo de necesidad, un juego siempre puede ayudar a dilucidar cuestiones que en las estructuras de formación tradicionales no se verían con tanta claridad.

En Rise creemos que los juegos son excelentes herramientas para hacer que los empleados pasen de una situación desfavorable a una posición de éxito.

Imagina que eres un niño de tres años y que conducir no forma parte de tus aspiraciones. En ese momento eres un incompetente inconsciente, es decir, no sabes que no sabes conducir. Esto puede ocurrir en cualquier momento de la carrera de un empleado, simplemente no sabe que no tiene una habilidad determinada.

El siguiente paso es la incompetencia consciente, en el mismo ejemplo de la conducción, ahora imagina que eres un niño de 11 o 12 años, puede que conducir ya esté en tu lista de cosas que te gustaría aprender, pero ahora mismo sabes que no sabes conducir. Puedes encontrarte en la misma situación cuando se trata del trabajo. A veces nos vemos realizando una determinada tarea, pero sabemos que aún no hemos desarrollado cierta habilidad.

El siguiente paso es la competencia consciente, que significa que ya sabes cómo hacer una determinada tarea, pero todavía tienes que pensar en cómo hacerla. En nuestro ejemplo de la conducción, es como cuando hacemos el examen práctico para sacarnos el carné de conducir. Sabemos cómo poner el coche en marcha, pero tenemos que pensar en cada acción que tenemos que hacer a continuación.

El último paso de esta escalada es la competencia inconsciente, o la fase de competencia en la que ya no hace falta pensar para realizar una tarea, ya está integrada y se ha convertido en un nuevo hábito. En nuestro ejemplo, es cuando conducir ya no requiere prestar especial atención a los mandos del volante, ¡simplemente sucede!

Así funciona el proceso de desarrollo en las empresas. Puede comprender mejor esta escala de evolución observando el siguiente gráfico.


Sin embargo, la escalada del proceso de desarrollo del equipo, en lo que respecta a las actividades experienciales, no puede detenerse en la experiencia. Creemos que las actividades experienciales son grandes desencadenantes de procesos. Sirven de lubricante para procesos de desarrollo más complejos.

Un buen plan de desarrollo, en nuestra opinión, incluye un diseño más amplio, con acciones experienciales, formación en el puesto de trabajo y apoyo interno y de consultoría, por ejemplo. Entendemos que el proceso de desarrollo debe ser orgánico, dinamizador y sin perder de vista los resultados para la empresa.

Y, por supuesto, ¡no podemos perder la oportunidad de crear recuerdos en nuestros empleados para que el aprendizaje tenga una larga cola!



Imagina llevar a cabo un proceso de desarrollo en el que en un primer momento puedas crear un recuerdo increíble, lleno de emociones, a través de un juego corporativo demostrando la alta capacidad de cambio y mejora que tienen las personas. Y en el resto del proceso vas aportando contenidos, profundizando en los insights que se obtuvieron en ese momento con el juego. ¡El nivel de compromiso de las personas con el aprendizaje cambia exponencialmente!

Texto por Vitor Rodrigues

CKO Rise Desenvolvimento Humano

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