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La Era del Liderazgo Resiliente

LA ERA DEL LIDERAZGO RESILIENTE

Texto de Regina Lucena, CEO e Cofundadora de Rise

 




Me gustaría invitarte a leer este texto que escribí en 2019 (antes de la pandemia) y que, al releerlo hoy, me he dado cuenta de lo crucial que sigue siendo esta reflexión para el desarrollo de empresas y líderes. Claro que tuvimos un escenario disruptivo con la pandemia, y hasta los que no creían en ella tuvieron que cambiar su forma de liderar y hacer negocios, pero aún hoy me doy cuenta de que a muchas empresas y líderes les cuesta trabajar la innovación y la agilidad. Y la resiliencia es fundamental para el desarrollo y la búsqueda de mejores resultados en un escenario en el que vivimos el cambio, el progreso constante y la alta complejidad.

LA ERA DEL LIDERAZGO RESILIENTE


La noche del 23 de septiembre participé en un importante evento de KPMG, CEO Outlook 2019, en el que presentaron de primera mano los resultados de una encuesta realizada a más de 2.500 consejeros delegados de 63 países. La encuesta presenta datos sobre los principales retos y convicciones que tienen para el próximo año y cómo se ven afrontando los cambios del mercado que se están produciendo en esta época.

 

RESILIENCIA


La primera cuestión que se desprende de esta encuesta, que fue respondida entre el 18 de diciembre y el 19 de febrero, es que los CEOs necesitan desarrollar y/o utilizar su resiliencia aún más ahora.
La Era del Liderazgo Resiliente, como está siendo llamada, trae a la luz una postura importante para absorber los impactos políticos y económicos que hemos sufrido en los últimos tiempos, considerando, sí, un aspecto global.
 
En Brasil, después de los últimos años de recesión económica y muchas decisiones difíciles para comenzar a recuperar la solidez financiera, también hemos experimentado impopularidades presidenciales que han tenido un impacto directo en la productividad del país. Independientemente de la izquierda o la derecha, la imagen presidencial ha tenido una gran influencia en el progreso económico. Pero Brasil ha entendido una cosa: necesitamos seguir produciendo para que el país no se paralice, y esperar a que la política haga sus deberes para volver a la senda de crecimiento de la que somos capaces.

¿PERO QUÉ HA CAMBIADO?


A pesar de la crisis económica que atravesamos, la forma en que el mercado consume y se relaciona ha cambiado radicalmente. Esto se debe a todos los avances tecnológicos que estamos experimentando, así como a esta nueva generación de personas que buscan un sentido diferente al de sus antepasados en cuanto a sus vidas y forma de vivir. En las empresas de hoy en día estamos experimentando un fenómeno de aumento de la edad, porque nuestra esperanza de vida ha aumentado y todavía estamos lo suficientemente sanos como para producir, y las personas nacidas en el año 2000 ya están empleadas también. En otras palabras, el espectro de edad en las organizaciones nunca ha sido tan amplio y complejo, teniendo en cuenta las relaciones, las expectativas y la satisfacción con el trabajo y las empresas.
 
Hoy en día, esta nueva capa de consumidores necesita entender que nuestra empresa tiene un aspecto de impacto social, y los CEO necesitan vincular su empresa y sus productos a un Propósito. En Rise Human Development llevamos hablando mucho de esto desde 2014. Y ahora, este aspecto del consumidor es aún más fuerte. Elegir trabajar en un lugar también implica este vínculo con el propósito.
 
No paran de surgir nuevas tecnologías y hay una carrera, en algunos casos desenfrenada, por la innovación y la disrupción. Digo desenfrenada porque algunas empresas buscan tanto el "salto" que se olvidan de innovar en lo que ya están haciendo. Se olvidan de mejorar continuamente los procesos que ya tienen. Además, siguen faltando profesionales formados en estas nuevas tecnologías. Pero, sobre todo, falta espacio dentro de las empresas para trabajar en la innovación.

¿CÓMO TRABAJAR LA INNOVACIÓN?


Los CEOS tenemos que entender el concepto de innovación y cambiar la frase "FALLAR RÁPIDO, BARATO Y UNA VEZ". Tenemos que darnos cuenta de que la innovación presupone errores en el proceso para aprender. Por eso, trabajar en proyectos pequeños, a corto plazo, que traigan pequeñas victorias, puede aportar beneficios más rápidos y fáciles y, si es necesario, correcciones del rumbo rápidas y baratas. Así nuestros equipos se sienten libres para proponer innovaciones.
Hoy en día nuestros profesionales están formados por un mundo tradicional, y la forma en que se les enseñó también era tradicional. Tenemos que ayudar a nuestros equipos a trascender de la Resolución de Problemas a la Resolución de Problemas Complejos, y así lograr la innovación en la organización. Por supuesto, una cosa no es condición sine qua non para la otra. Pero si observamos el proceso evolutivo del desarrollo, así es como suele funcionar.
 

¿SABEMOS TRABAJAR CON UN MODELO MENTAL DE INNOVACIÓN?


Teniendo en cuenta todo este escenario en el que nos encontramos hoy en día, tenemos que preguntarnos hasta qué punto estamos practicando realmente la innovación en nuestras empresas. ¿Hasta qué punto son disruptivas nuestras empresas?

Mirar hacia fuera en busca de casos y puntos de referencia es fundamental para abrir nuestros horizontes.
 
En el evento se planteó el caso de una industria primaria, que imaginamos, al principio, debe ser difícil de disrumpir, pero en esta empresa química se dieron cuenta de que el plástico que producían también se usaba en ventanas que se vendían en B2C. Así que intentaron ser disruptivos en la forma de hacer negocios y hoy tienen acuerdos con el Gobierno para entregar viviendas para proyectos sociales.
En algunos casos podemos innovar en el CORE de la empresa, en otros podemos fomentar la innovación en los departamentos y aprender estrategias disruptivas.
 

LIDERAZGO Y LA ERA ÁGIL


Ya he escrito antes sobre el Liderazgo y la Era Ágil, y después de ver los resultados de la encuesta de ayer, estaba aún más seguro de que hay una gran necesidad de transformar la mentalidad de los líderes, empezando por el Liderazgo Estratégico de la empresa. En este momento, a pesar de todo el escenario descrito y de las condiciones de recursos, sólo el 4% de los CEOS cree que innovar el modelo de negocio forma parte de sus competencias.
 
Si el director general no lo considera su responsabilidad, ¿cómo priorizará y estudiará su empresa la innovación? ¿Cómo pueden los empleados sentirse libres para proponer innovaciones disruptivas o incrementales en productos y/o modelos de negocio? ¿Cómo puede asegurarse de que cuando contrate a un CIO - Chief Innovation Officer - tenga el espacio y el apoyo necesarios para proponer cambios organizativos fluidos?
 
En este sentido, la Resiliencia no es sólo una habilidad para ayudarnos a absorber los impactos que nuestras empresas están sufriendo a lo largo de este viaje, sino también para ayudarnos a cambiar nuestras figuras profesionales, estrategias personales y abrirnos a nuevos aprendizajes. Así que esta soft skill está muy bien valorada para ayudar a la transformación que necesitamos hacer en nosotros mismos y en nuestras organizaciones.

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