LIDERAZGO Y COMUNICACIÓN
Cuando hablamos con los clientes sobre la creación de un programa de desarrollo que hable de la comunicación, les preguntamos cuáles son los principales problemas que ésta causa en su empresa. Escuchamos una variedad de problemas que implican diferencias en la forma en que el líder quiere que se haga algo y cómo lo hace realmente el equipo, una falta de comunicación entre diferentes áreas que perjudica al entorno, o incluso un fallo en la comunicación con el propio cliente, poniendo en peligro la entrega de resultados.
La comunicación es muy importante para cualquier función profesional, pero cuando hablamos de liderazgo, estamos hablando de algo aún más serio. Al fin y al cabo, el líder necesita entender la dirección de la empresa y lo que es estratégico para ella y distribuir esto de forma práctica dentro de su equipo, para que quede claro para cada empleado lo que hay que hacer, porque la única forma de obtener el resultado que se desea y de la forma en que se desea, es dejar clara esta información.
LA RESPONSABILIDAD ES DE TODOS
Tenemos que darnos cuenta de que la responsabilidad de comprender los mensajes que se transmiten recae al 100% en todos los que participan en el proceso de comunicación. Por lo tanto, todos, independientemente de su posición, tienen esa responsabilidad. Cuando miramos a los equipos, a todos los niveles, ya sean bandas de rock o asistentes a un concierto, todos son responsables, el público, los observadores son igualmente responsables de entender el mensaje y de propagar la energía que allí se crea.
Un buen ejemplo de ello es el aula. Cuando el profesor termina de explicar y pregunta si hay alguna duda, es muy común que los alumnos se contengan y no levanten la mano para hacer preguntas, aunque las tengan. Esto se debe a que el entorno, e incluso la propia pregunta del profesor, suelen sugerir que la no comprensión del tema es culpa del alumno y no del comunicador y del proceso de comunicación utilizado. Pero cuando todos se dan cuenta de que la responsabilidad de la comprensión es de todos los presentes, el proceso de comunicación se vuelve diferente y el profesor puede cambiar su pregunta por, por ejemplo, "¿He sido claro en mi explicación?" y los alumnos pueden sentirse más cómodos haciendo preguntas o diciendo que no han entendido algunos puntos, participando más en la comunicación.
EL CAMBIO ES NECESARIO
Al igual que las estructuras de las aulas, las empresas exigen una inversión de los procesos para que las personas participen más. El líder separado del equipo, que explica un trabajo y espera que se lleve a cabo, está dando paso a un nuevo papel de liderazgo que participa en el equipo y lo lleva a cabo conjuntamente. Esto significa la necesidad de un nivel de comunicación mucho más horizontal que vertical, aunque el líder siga teniendo la responsabilidad de ofrecer resultados, guiar, dirigir, entender ciertas cosas y organizar al equipo.
Otra cuestión que suele fallar en términos de comunicación es la suposición de la gente de que el líder, al estar en esa posición, lo sabe todo, pero no siempre es así. Por eso, la dirección tiene su equipo de especialistas, formado por personas que tienen un mayor conocimiento de determinadas cuestiones y eso tiene que quedar claro para todos para que no tenga un impacto negativo en la empresa.
Está en manos de los líderes emprender pequeñas acciones prácticas y sencillas que pueden ser muy positivas.
CÓDIGO COMÚN DE COMUNICACIÓN
La primera de ellas podría ser establecer un código de comunicación común. Entender cómo es la comunicación dentro del equipo, qué es fácil de entender y qué no. Preguntar durante las reuniones qué no está claro o qué podría mejorarse y dar siempre feedback para establecer una comunicación más fluida.
Pero para ello hay que darse cuenta de que las personas son diferentes, tienen historias de vida y mapas mentales distintos y necesidades diferentes que hay que satisfacer.
CANALES DE REPRESENTACIÓN
Cuando nos adentramos en el campo de la Neurolingüística, comprendemos que existen variaciones en el papel de los canales representacionales de cada individuo, es decir, la forma en que cada persona recibe y absorbe la información del mundo.
En otras palabras, nuestras primeras percepciones de la información se reconocen por estos canales. Tenemos personas auditivas, más sensibles a los sonidos, los datos y los números, personas visuales, que necesitan visualizar el mensaje que se les transmite, y personas cinestésicas, que prestan más atención a lo que sienten. Cuando entramos en contacto con estudios sobre el tema y empezamos a prestar atención a estas características, somos capaces de percibir pistas y variaciones en la forma de hablar y actuar de las personas, que pueden ayudarnos en nuestra forma de comunicarnos.
Por tanto, como responsable de la comunicación, es esencial adaptar el lenguaje a todos los públicos y canales de representación.
Aquí es donde entra el ejemplo de la madre que "lo ha dicho más de mil veces" y su hijo sigue sin acceder a su petición. En este caso, en realidad dijo algo una vez y repitió su petición varias veces de la misma manera, sin conseguir nunca que el mensaje surtiera efecto en el niño.
Es importante darse cuenta de que la acción de cambiar la estrategia de comunicación permite que el mensaje llegue a más personas y que éstas entiendan lo que se les pide. Debemos variar nuestra forma de comunicar, ser más descriptivos, más directos, más objetivos, intentar mejorar la forma en que el mensaje que transmitimos será entendido por los empleados y, por supuesto, trabajar la relación con los equipos y conectar con cada uno de ellos.
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